helllloooo!!!!!!

Hola a todos los que me visitan , se los agradesco mucho.

Esta pagina es para todos los que se quedaron con hambre de mas twilight (y me imagino que todos los amantes de twilight se quedaron como io, hambreados y sedientos de maaaaaassssss). Esta no es una pagina para buscar fotos de los protas en cueros, asi que no quiero que despues anden diciendo, "esque ahi no hay nada bueno" jajaja >D ( Aunque de vez en cuando les voy a soltar unas cuantas )
Recuerden:POR CADA VEZ QUE LEAN UN ARTICULO Y NO DEJEN UN COMENTARIO...EMMETT SE COME UN CACHORRO DE LEON :D:D:D JEJEJE

sábado, 26 de noviembre de 2011

Pura musica! ;D


Una de las cosas que me dejaron mas satisfecha fue el soundtrack( aunque falto muse :( ) Pero estuvo de acuerddo con el tema de la pelicula:
Aca les dejo las canciones ;D


1. The Joy Formidable – “Endtapes”
2. Angus & Julia Stone – “Love Will Take You”
3. Bruno Mars – “It Will Rain”
4. Sleeping at Last – “Turning Page”
5. The Features – “From Now On”
6. Christina Perri – “A Thousand Years”
7. Theophilus London – “Neighbors”
8. The Belle Bridgade – “I Didn’t Mean It”
9. Noisettes – “Sister Rosetta (2011 Version)”
10. Cider Sky – “Northern Lights”
11. Iron & Wine – “Flightless Bird, American Mouth (Wedding Version)”
12. Imperial Mammoth – “Requeim on Water”
13. Aqualung & Lucy Schwartz – “Cold”
14. Mia Maestro – “Llovera”
15. Carter Burwell – “Love. Death. Birth.”
...::::BONUS::::....
16. Hard Fi - Like a Drug
17.Sleeping at Last - Turning Page (instrumental)



Opcional! OST - MUSE : esta cargadisima de emociones y esta llegadora :)


POrfin!

Pues ahora me atrase en ir a ver amanecer por que ya saben : en la escuela me negrean y ps tenia que entregar trabajos :) pero ayer la fui a aver y quede mas que satisfecha!
Se apegaron mucho al libro y lo mejor de todo fue que todo era tan real y tan vivido que tTu te metias en escena junto con Bella, Ed y Jake! cUANDO bELLA MUEre!!! Casi siento como se sentia Ed!!!! :(
y
O MG!!!!! la bebe!! era tan hermosa!!! :3
Esperare ansiosa la siguiente parte aunque sea la ultima! sera un gran cierre para la saga! LO PRESIENTO!
Hasta luego queridos Nocturnos, :3
.....::::CAROLCULLENBLACK::::::......

martes, 11 de octubre de 2011

Lo prometido es deuda! :D

Ya se lo prometi a mi amigo Chucho y pues aqui esta Chuchirungo, tu video con Eric, armando, rene, alfred, tutis, y barra! :D
Los quiero babosos :)jajajajaja lo que hacen saliendo de la escuela, me falta juntarme mas con ustedes ;D
http://www.youtube.com/user/ChuchMndOr#p/a/u/0/Zh-mrfUSba4
que lo disfruten, es muy divertido :)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Capitulo cinco ...:::: Salvada:::::......


Salvada
Sentí en corazón en la garganta, quise escapar, pero mis piernas no respondían. Cerré los ojos esperando el dolor del golpe, pero en lugar de eso sentí que el piso se separaba de mis pies, ¿Estaba muerta ya? ¿Me habría salvado? Abrí los ojos y pude ver un ángel de cabello dorado y piel pálida sosteniéndome, giré de nuevo la cabeza y vi ambos autos estrellarse a pocos centímetros de nosotros. Ahora más que emocionada por estar en los brazos de Will, sentía un nudo en el estómago de terror. Todo esto lo veía en cámara lenta ya que pasó en menos de un segundo.
Escuché gritos desgarradores y al mismo tiempo me encontraba en algún lugar lejano, no estaba en mi cuerpo, porque no podía moverme. Las voces a mí alrededor se acercaban, pero eran poco claras. Tenía la vista fija en el montón de autos que se compactaban uno contra otro y que sin más remedio se llevaban a sus pasajeros con ellos. La escena era la peor que había visto en la vida. Podía sentir el aroma a oxido y sal inundar mi nariz, sentí nauseas.
_ ¡Rose, Rose, por favor vuelve!_ me decían de algún lugar lejano.
Sentía una opresión en el pecho y no había respirado en todo este tiempo, pero no me importaba esa escena me tenía en shock.
_ ¡Por favor, Rose! _ Cada vez escuchaba las voces más cerca.
Aclaré la vista en lo que tenía más cerca, pero aun así no conseguía reconocer rostros, pero voces ya, estaban Will, Carol, John, Robert y Ashley a mi lado.
Por fin al primero que enfoqué fue John, sus ojos denotaban preocupación extrema. Aspiré todo el aire que me faltaba en los pulmones con rapidez, eso me hizo entrar de nuevo a la realidad. Se tranquilizaron un poco al verme respirar agitadamente.
Ahora lo podía ver todo, era un accidente, una carambola como les llaman, la camioneta de Trevor se había estrellado contra mi auto y varios en esa fila. ¡Los chicos que estaban en el auto de alado! Ahora sabía de dónde venía el olor a sangre.
Me incorporé de un salto y perdí la visión y el equilibrio por un momento, me desplomé de nuevo a los brazos de John. Tenía el corazón a mil por hora y la adrenalina me llenó en unas cuentas fracciones de segundo, me incorporé aún si haber recuperado la vista totalmente y bajé a trompicones las escaleras. Lo primero que hice fue correr hasta donde había quedado mi auto todo compactado, me puse de rodillas y aun con el olor a sangre inundándome la nariz comencé a buscar a mis compañeros.
_ ¡Jess, Jess! ¡¿Dónde estás?!_ gritaba como loca.
_ ¿Qué sucede? _ preguntó Will hincándose a mi lado.
_Jess y otros chicos están aquí, los vi justo antes del accidente. _ respondí desesperada.
_ Caroline, llama a una ambulancia._ le dijo a su hermana mientras yo intentaba mover una llanta.
Toda la multitud se juntaba a nuestro alrededor, miraban el accidente e intentaban sacar a Trevor de lo que había quedado de su auto. No podía pensar en otra cosa más que en sacar a los chicos que habían quedado atrapados ahí.
_ ¡Jessica, ¿me escuchas?!_ comenzaba a ponerme en un estado de histeria.
_ ¿Rose? Rosemarie, estamos aquí. _ respondió por fin Jessica.
_ ¿Están bien?, ¿No hay muertos? _
_ No puedo mover las piernas, me duele mucho._ la chica comenzó a llorar.
_ Te sacaré, aguanta. _
Busqué por todos lados a Will, pero ya no estaba a mi lado, ahora estaba ayudando con Trevor. Corrí hasta donde estaba él y sus hermanos.
_ Jessica y otros chicos están atrapados entre dos autos._ le dije al borde de la desesperación.
Sin pensarlo siquiera corrió hasta donde estaba lo que quedaba de mi auto. Le indiqué el lugar exacto donde había escuchado la voz de Jessica. Me puse de rodillas e intenté identificar el lugar donde sería más conveniente sacarla.
_ Jessica… ¿Dónde están tus piernas?_ le preguntó Will.
_ Debajo del auto de Rose, pero ¡no las puedo mover!_ Jess gritaba de histeria.
_ Calma, yo te sacaré._ le gritó intentando calmarla.
Uno de los maestros nos facilitó una lámpara y solo así pudimos ubicar a los chicos, la mayoría estaba inconsciente.
_ Rose… aléjate unos pasos. _ me ordenó Will.
Obedecí.
Will tomó auto por el guardafangos y con un solo movimiento del brazo lo logró retirar. Lo lanzó más de un metro lejos de nosotros, todos los que estaban ahí lo miraron susurrándose cosas al oído. Me quedé sorprendida por lo lejos y por lo fácilmente que había levantado el auto. ¿Cómo demonios lo había logrado?
Tomó a Jessica en brazos, pero inmediatamente ésta soltó un terrible grito de dolor. Will la dejó de nuevo en el piso, tras ella estaban los otros cuatro chicos, uno de ellos, Harry, se levantó con la cabeza sangrando, inmediatamente cayó fulminado al piso chorreando. Ese aroma tan distintivo de la sangre me inundó la nariz y me bloqueo el cerebro, sentí muchas nauseas, pero lo peor fue que no me podía mover para quitarme de ahí, me había petrificado.
<<>> pensé.
La ambulancia se abrió paso entre el grupo de estudiantes que estaban contemplando lo que sucedía.
_Rose. _ escuché la voz de John muy lejana.
Giré la palma de mis manos, estaban empapadas de sangre. De pronto me vi en otro lugar, el piso era de loza blanca y estaba todo cubierto de sangre, mire mi ropa y tenía el pantalón manchado de las rodillas.
_ Rose, ¿estás bien? _ seguía hablándome John.
Me levanté por mi misma y caminé unos cuantos pasos hasta que tropecé con algo. Regrese de esa visión.
Estaba tirada entre Harry, Betty y Bob, entre todos habían hecho un charco de sangre en el que me había caído. Solté un grito al ver la mano de Betty con una fractura expuesta.
_ Calma, Calma._ dijo Will acercándoseme e intentando levantarme con cuidado.
Miré su ropa… estaba manchado de sangre en toda la camisa y parte del pantalón.
_ Rose calma, no pasa nada. _ ocultó mi rostro para que no mirara mientras levantaban a los chicos.
Apenas y podía percibir el aroma de su colonia, todo él olía a sangre fresca, sentía que me asfixiaba estando tan cerca de él, prácticamente me tenía abrazada.
Me lo quité de encima de un empujón, mi suéter color hueso quedó con motas color carmesí, me temblaban las manos y las piernas eran simplemente un par de hilos que se movían con el viento. De nuevo vi el piso de loza blanca cubierta de sangre justo donde yo estaba parada. El estomago no dejaba de convulsionarme.
_ Rose, Rose. _ repetía Will sin dejar de mirarme.
Me faltaba el aire, necesitaba salir de ahí. Apenas y respiraba, imagino que por eso Ashley se alarmó.
_ Esta en shock. _ comentó alguno de los chicos.
_ La llevaré al hospital._ dijo Will.
Sentí sus fuertes brazos rodear mis hombros y con un ligero empujón hizo caminar mis pies. Sentí el asiento de piel de un auto y después escuche una puerta casi inmediatamente escuche otra, el motor de un auto rugir y cuatro llantas rozar el pavimento; no podía moverme, tenia entiesados todos los músculos y aunque me dolieran no podía des tensarlos. Tenía fuertemente apretada la boca para evitar que las nauseas me ganaran.
_ Calma Rose, pronto llegaremos._ dijo Will a mi lado rozando mi mano izquierda con las yemas de los dedos. Ni siquiera eso me derritió.
El motor del auto se apagó, oí ambulancias llegar y gritos de paramédicos pidiendo medicinas y morfina, ya habíamos llegado al hospital. Sus brazos me pasaron de nuevo por los hombros y me cargo fuera del auto, intento ponerme de pie, pero ahora si mis piernas no soportaban mi peso, sentí su otro brazo pasar por debajo de mis rodillas. En cualquier otra circunstancia me hubiese encantado que me cargara de esta forma o que me hablara tal y como lo había hecho, pero ahora apenas podía concentrarme en respirar.
Una luz blanco pulcro me cegó un instante y después… loza blanca por todos lados, miré a Will tenía algunas gotas de sangre en la mejilla derecha. Y para no dejar la costumbre… más aroma sanguinolento por todas partes, pero que esperar, es un hospital. Por fin reaccioné.
_S-sa-sácame… d-d-de aquí. _ logre articular a pesar de que me temblaba la boca.
_ Pero…_
_ ¡Por favor! _por fin podía hablar bien.
Dio la media vuelta y salió del hospital, y aunque aun no podía respirar bien, de verdad deseaba estar lejos de ese lugar.
Will me sentó en una de las bancas que estaban afuera, Se sentó a mi lado y miró mis reacciones un instante, después me tomó la mano.
_ Rose, cálmate, ya pasó. _
Sentí alivio con sus palabras, era como si pudiese eliminar mi miedo con tan solo unas cuantas palabras. Cerró sus dedos en torno a los míos y dio unas palmadas en el torso de la mano, miré sus ojos, jamás en mi vida había visto un par de ojos refulgir de esa forma, era como si tuviesen luz propia. No pude evitar sonreír. Devolvió el gesto con otra sonrisa y se puso de pie a mi lado como si fuese un guardaespaldas.
_ Creo que es mejor que nos vayamos ya a Tofino. _ dijo extendiendo su mano en símbolo de ayuda.
_Gracias, pero, ¿qué sucederá con mi auto?_
_ Llamaré a un amigo para que lo arregle, te prometo que quedara como nuevo._ volvió a sonreír y sus ojos chispearon.
Tomé su mano aun manchada y caminé a su lado hasta donde estaba el auto, iba en silencio y con las manos metidas en los bolsillos. Parecía una persona muy diferente a la que me había recibido el primer día de escuela. Abrió la portezuela del copiloto y me ayudo a subir, aunque no era necesario lo hizo de buena fe. Aun nos esperaba un tramo largo que recorrer desde Ucluelet hasta Tofino y no podíamos recorrerlo juntos y peleados.
El motor de su auto casi no hacia ruido, era parecido al ronroneo de un gato, así que para matar el silencio prendió el radio, empezó la canción de MK Ultra, una de mis favoritas. Me dio pena cantarla, así que solo moví el dedo índice al ritmo de la canción. Will subió el volumen.
_ Veo que te gusta MUSE. _ comento para romper el silencio.
_ Sí, es mi banda favorita. _ conteste con un hilo de voz.
Abrió un compartimiento al frente de la palanca y saco un disco plano y blanco, lo puso en el estéreo.
_ Entonces esto te gustara. _ sonrió.
Reconocí el ritmo, era Undisclose Desires, sonreí, el ambiente era más tranquilo que nunca. Tenía la vista clavada en la carretera y al parecer no se había percatado de que lo miraba, su misteriosa actitud era lo que me atraía, quería descubrir que ocultaba. De pronto recordé algo de el accidente, un segundo estaba a dos centímetros de una camioneta fuera de control y al siguiente estaba a salvo en las escaleras y lo único que había podido ver era a Will. ¿Cómo era posible?
_ ¿Cómo es posible? _ murmure para mi misma.
_ Disculpa. _
¿Lo había dicho tan alto? No, quizás hablaba de otra cosa. Pero de todas formas tenía que aclarar mi cabeza, quizás solo fue un truco de mi cerebro.
_ Es sólo que… _ reí _ Creo que me volví loca. _
_ No lo creo, porque si tú estás loca, eso significa que yo estoy loco también. _
_ Pues… tendrás que ir a un hospital psiquiátrico. _ reí.
_ No. Si antes me cuentas por que te dices loca, quizás me cure y de paso tú. _ rió.
_ Pues… es una estupidez… pero me gustaría preguntarte ¿cómo lo hiciste? ¿Cómo me salvaste tan rápido? _ pregunté con la cabeza gacha.
Se quedo en silencio varios minutos isn siquiera mirarme, sólo se concentraba en la carretera. Quizás había tomado a mal lo que le había preguntado, pero como saberlo si no lo podía mirar directamente a los ojos sin que mi cerebro se volviera de chicle. Al fin habló.
_Fue… un arranque de adrenalina, suele sucederme. _ dijo algo serio para mi gusto.
_ Ah, sólo lo pregunté porque hasta ahora lo estoy contemplando desde otro punto. Lamento si te incomodé. _
_ No tienes por qué disculparte, eso ya pasó y… pues ni yo sé cómo explicarlo, es algo que yo no controlo. _ rió algo nervioso, me mentía.
Sus ojos de pronto se volvieron un mar de mentiras.
_ Will…_ no quería incomodarlo._ ¿estás seguro de que fue un arranque de adrenalina? No me mientes ¿verdad? _
Miró por primera vez en todo el camino directamente a mis ojos, sentí un nudo en la garganta, sentí que me decía con los ojos “no puedo decirte la verdad”. Devolvió la mirada al pavimento sin decir nada, hice lo mismo y miré el bosque que rodeaba la carretera, había cedros, pinos y muchas especies diferentes de plantas. Con eso me distraje el resto del camino. Nuestras casas estaban antes de llegar a Tofino así que el recorrido era más corto para ambos, buenas, aunque ese día no dimos vuelta en el lugar indicado. Un mensaje cambio nuestro rumbo.
_ Hmm… Will ¿sería mucha molestia q me llevaras al hospital?_
Fijo inmediatamente si vista en mí y me examino clínicamente.
_ ¿Te sientes mal?_ pregunto preocupado.
_ No. Papá quiere que vaya para allá ahora mismo._ expliqué.
Relajo el rostro y sonrió de nuevo nervioso, retomo el camino al centro. Llegamos y papá ya me esperaba, creo que no le gusto recibirme manchada de sangre.
_ ¡Rose! _ dijo mamá corriendo a mi encuentro.
_ ¿estás bien? ¿Por qué vienes así?_ pregunto papá mirando directamente a Will, ya que él también estaba manchado.
_ Si papá, es solo que hubo un accidente y…_
_ ¡Accidente! _ grito mamá.
_ Papá, estoy bien, vengo así por que después del accidente ayudé, bueno… “ayude” en mi forma, ya sabes. _
Suspiró. Con un mohín nos dijo que entráramos, afuera hacia frio y no era bueno, ya que el clima era malo. Llegamos a su consultorio y nos dio a cada uno un paño para limpiarnos lo más que pudiéramos.
_ Y bien… ¿que ninguno me va a decir que paso?_
Will y yo nos miramos y después miramos el piso. Will comenzó.
_El auto de uno de nuestros compañeros se salió de control y choco contra el de Rose, pero no se preocupe, logro salir de ahí justo a tiempo, no lo sucedió nada._
_ ¿Y a sus compañeros?_
Un escalofrío recorrió toda mi columna, de nuevo sentí como si la sangre estuviera bajo mis manos y pies, respiré profundo para controlar las nauseas.
_ Los están atendiendo en Ucluelet._
Papá asintió pensativo. Estuvimos en silencio varios minutos hasta que un par de golpes en la puerta nos despertaron. Will abrió en silencio la puerta. Era Caroline. Lo venía a buscar.
_ Will, mamá y papá te buscan en la sala de espera. _
_ Voy para allá Carol. _ le contesto serio.
Volteó y nos dedico una sonrisa y un apenas audible hasta luego, salió de la habitación.
_ Se lo horrible que debe de ser para ti estar así, por que no vas a casa y te cambias, luego regresas._ dijo revisando unos archivos.
_ Pues…había olvidado mencionar que mi auto quedo inservible por el momento. _ dije con la cabeza gacha para no ver su reacción, pero con una sonrisita.
_ Entonces pídele al chico Cathwright que te lleve. _
Sonreí, parecía que ni siquiera le importaba mi auto, eso era bastante bueno, aunque esperaba por lo menos un bufido. Tomé mis cosas de la silla y me despedí al salir. Decidí no pasar a ver a mamá para no preocuparla por mi apariencia. En la entrada principal había un pequeño círculo de personas discutiendo, era la familia de Will. Reconocí a la mayoría, a excepción de dos que imaginé eran sus padres, pero ambos en lugar de padres parecían hermanos suyos. Stephanie, su madre, era alta, delgada, con el cabello largo y dorado como el de Carol, tenía unos ojos verde esmeralda muy hermosos y la piel tan pálida como la Luna. A su lado estaba el doctor David Cathwright, su cabello era castaño claro tirándole al dorado, tenía unos ojos tranquilos de color caramelo, el rostro de Will era muy parecido al de su padre en varios aspectos, incluyendo la palidez extrema, aunque ni Will ni Carol era tan pálidos cómo sus padres y familiares.
_ ¡Rose! _ Carol paró la plática._ ¿Ya conoces a mis padres?_
Mire de nuevo a David y Stephanie. Ahora su rostro era más dulce y menos frio, los ojos de ambos eran serenos y cálidos.
_ No._ respondí algo más tranquila.
Me tomo del brazo y me acercó a el circulo, sus padres sonrieron deslumbrantemente.
_Mamá, papá, ella es mi amiga Rosemarie, es la chica de la casa de al lado. _ dijo diciendo mi tarjeta de presentación de memoria.
_ Gusto en conocerte. _ dijeron al unísono.
_Igualmente. _
Con la mochila ocultaba la sangre que había manchado mi ropa, aunque no le hicieron caso seguramente se dieron cuenta de que yo también estaba manchada como sus hijos. Con una sonrisa se despidieron y caminaron despacio rumbo a sus respectivos pasillos, ambos moviéndose singularmente, como si estuvieran modelando, porque eso parecía, modelos. Carol y el resto de los chicos hicieron lo mismo y salieron del edificio.
_ Will… ¿sería mucha molestia que me llevaras a casa?_ pregunte con la mirada gacha.
_ No, claro que no, de hecho voy para allá. _ sonrió deshaciéndose del poco aliento que tenia.
Con su suéter me cubrió de la lluvia y juntos caminamos hasta el reluciente automóvil. El ronroneo del motor nos indico que estaba encendido, con movimientos suaves giró rumbo a nuestro camino. A la velocidad a la que iba llegamos en poco tiempo. Se detuvo frente al pórtico de mi casa e inmediatamente se bajo para abrirme la puerta, era un caballero al derecho y al revés. Le sonreí tontamente. Esperó hasta que abriera la puerta para subir de nuevo al auto.
_ Will, no quisiera aprovecharme, pero… ¿después podrías llevarme de nuevo al hospital? _
_ Claro. _ De nuevo sonrió. _ Me cambio y regreso para esperarte. _
Entre y volando subí las escaleras, , entre en el cuarto y rápido abrí la llave del agua, me metí en el chorro aun friolento y lave todo minuciosamente, pero rápido. Lavé mi cabello y pronto Salí de nuevo, el frio ni me importo y pronto me cambie, miré la blusa manchada, jamás se desmancharía, así que la puse a parte para después ver que le hacía. Cepille mi cabello rápidamente y en menos de 15 minutos ya estaba lista y reluciente. Mire por la ventana y efectivamente ahí estaba, recargado contra la puerta del copiloto, con las manos en los bolsillos, estaba tan reluciente como su auto. Tomé el celular y un poco de dinero por si se ofrecía y en menos de un segundo ya estaba abajo abriendo la puerta. Su rostro se ilumino de repente como si le hubiesen prendido un foco. Abrió la puerta del copiloto y la mantuvo así hasta que entre, la cerro e inmediatamente ya estaba cerrando la del conductor. Dio la vuelta y condujo hasta el final de la calle, pero en lugar de girar a la izquierda giro a la derecha rumbo a Long Beach.
_ Mmmm… Will el hospital es hacia el otro lado. _comente con una sonrisa algo confundida.
_ Lo sé. _contesto sereno.
_ Mi padre me espera en el hospital._ volví a decir
_ Hmm… pues vele avisando que no llegaras al hospital._ sonrió algo pícaramente.
_ Si no llego se preocupara. _ intente convencerlo.
_No te estoy secuestrando…_ rio_ no aun._
Lo mire, sabia como se pondría papa si no llegaba en un rato más, se pondría peor de histérico que mama y eso ya era bastante.
_ ¿A dónde vamos?_ pregunte algo alarmada por su respuesta anterior.
_ No has comido nada desde el café a la hora del almuerzo. Te hará daño el susto con el estomago vacio, además, que tiene de malo que te secuestre una o dos horas para llevarte a comer algo y distraerte de todo lo que ha pasado hoy._ sonrió de nuevo de esa forma traviesa que me deja sin palabras.
Sin poder oponerme a sus ojos lo único que pude hacer fue asentir algo confundido. Aun me causaba un poco de extrañeza su cambio de actitud tan repentino. Marque rápidamente en el teléfono un mensaje para papá.
_Llegamos._ anunció deteniendo el auto.
Estábamos en el restaurante de Wikaninnish, el Sol estaba a solo unas cuantas horas de ocultarse y daba directamente en mis ojos. A Will parecía no importarle, sus ojos reflejaban esa luz con una intensidad mayor que nada en este mundo; porque él no es de este mundo. Salió del auto y en el pequeño lapso en que yo giraba la mirada a la puerta él ya estaba ahí, de nuevo súper rápido. Caminamos juntos a la entrada del restaurante, tenía una linda vista a la playa, una mesera se acerco y nos condujo a una mesa fuera en una terraza techada el primer piso. La brisa estaba un poco fría pero era agradable. Acercó la silla lo más que pudo a mí y sonrió mirando la carta. Ambos pedimos una Coca-cola y carne asada.
_ Y bien… ¿te sientes mejor? _ preguntó sonriéndome con los brazos cruzados sobre la mesa.
_ Si por mejor te refieres a no tener nauseas, sí, estoy mejor._ le devolví una patética sonrisa.
La mesera apareció con nuestras órdenes en las manos, Will ni siquiera la volteo a ver. Destape la Coca-cola y la vacié en el vaso intentando distraerme de su mirada, sentí como si se quisiese meter dentro de mis pensamientos. Solté una risita estúpida y nerviosa.
_ ¿No vas a comer? _ pregunte para hacer que dejara de mirarme así.
_ Claro, es solo que… me quede pensando en algo._ respondió apenado.
Corte en trozos la carne y comí los primeros en silencio. El parecía un poco más hambriento que yo.
_ Will, ¿cómo lo haces? _
_ ¿Qué cosa? _ pregunto intentando parecer inocente.
_ ¿Como… puedes ser tan rápido? Apenas giro la cabeza y ya estás ahí._
Tomo un trozo y se lo llevó a la boca, no quería responderme. De nuevo me ocultaba algo.
Suspiró.
_ No lo sé, siempre he sido así, desde que era niño. _ estaba serio. _ Era ágil y rápido para todo. _
_ Vaya, debe ser fantástico ser rápido y ágil. Yo nunca lo he sido. _ sonreí.
_No es tan bueno._ se quejó._ A veces desearía ser una persona normal y poder… ser como los demás sin tener que ocultarme._
Tomo el tenedor y comió un poco de carne, no dirigía su mirada hacia mi, estaba concentrado en el plato que tenía al frente. Hice lo mismo que él, me distraje con la ensalada y los trozos de carne antes de entablar otra conversación.
_ Así que… tus padres son médicos. _ comenzó
_Sí, se la pasan en el hospital todo el día y más aun desde que las matanzas aumentaron. _
_ ¿Y saben que o quien es lo que los mata? _ pregunto mirándome a los ojos de nuevo.
_Ni idea, todos dicen que es un “hombre-lobo”. _ reí diciendo sarcásticamente la última parte.
Esbozo una sonrisa burlona, aunque en el interior no le hacia la mas mínima gracia. Tomó la lata de coca-cola, dando un pequeño sorbo dijo:
_ Así que… no crees en eso. _ puso cara de guasón.
_No, soy de mente abierta, pero definitivamente en eso no creo. Se me hace inconcebible una mutación genética entre un animal salvaje y un humano._ sonreí desviando la mirada. _ Tampoco creo en vampiros ni en ninguna de esas cosas._
_ Te sorprenderías. _ murmuro soltando una risa entre dientes.

lunes, 4 de octubre de 2010

Felicidades!!!

Felicito a los blogs ganadores y espero que esta cadena no se rompa
Instrucciones::
- Pegar la imagen en tu blog y presumirla jeje
- Afilianos a tu blog
-Da el premio a 5 blogs mas !!!!
- SIGUE ESCRIBIENDO!!!!!!!!

sábado, 2 de octubre de 2010

Capitulo cuatro....:::: Cambio de actitud::: Crescent Light


Cambio de Actitud
Se supone que hoy vamos a ir a los jardines botánicos, así que perdería todo el día y la mayor parte del fin de semana lo tendría que ocupar mirando la naturaleza, pero eso no era lo que me tenía tan … emocionada, lo que me tenía con este humor era que hoy esperaba ver a William, ya que la última semana no asistió a la escuela. Ni él ni su familia, eso me tenía preocupada, pero como el proyecto valía toda la calificación, estaba segura de que ninguno faltaría.
Me levanté muy temprano, me di una ducha rápida, el día estaba un poco nublado, así que decidí ponerme unos jeans y una playera de manga larga. Arreglé muy bien mi habitación y mi mochila, aunque en realidad lo único que iba a necesitar era una libreta y unas plumas.
Abrí las persianas y note que en casa de Carol ya había bastante actividad, tal y como yo esperaba. Miré hacia el balcón que daba directamente a la ventana de mi habitación, y vi una figura algo borrosa recargada en el barandal, definitivamente era uno de los chicos. Subió su cabeza y se encontró mirando directamente hacia donde yo estaba, después dio la media vuelta y entró en la casa.
Bajé a desayunar aun con mis pantuflas en los pies y el cabello enredado, pero no importaba, aun era muy temprano. Tomé una taza de café caliente y unas cuantas galletas de avena que por ahí encontré. Pronto bajaron mis padres ya vestidos y arreglados para ir al trabajo, ambos se veían muy bien con sus batas blancas. Primero se asustaron de verme ahí tan temprano.
_ ¿Qué haces aquí tan temprano?_ preguntó papá.
_Hoy quise madrugar._ dije tomando un sorbo de café.
Mamá me miró incrédula, desde aquel día en el hospital me miraba con esa sonrisa divertida que ponía cuando tramaba algo. Intenté hundirme en el café para no sentirme así de observada.
_ Y bien… ¿qué harás hoy?_ preguntó papá.
_ Iré a los jardines botánicos. _ mezcle el poco café que quedaba en la taza.
_ Escuche que los hijos de David también irán._ dijo sonriendo mamá.
Di un sorbo e intente hablar al mismo tiempo, por tanto: comencé a ahogarme con el café caliente, para mamá eso era una seña buena para rectificar lo que estaba pensando, así que… soltó una risita.
Después de una súper quemada de garganta y de por poco morir ahogada en café (aunque de verdad me gusta esa bebida) pude reaccionar.
_ ¿De verdad van a ir? _ pregunté ocultando mi emoción.
_ Sí, no pueden faltar. _
Por poco y empiezo a rebotar en las paredes de emoción tenía tantas ganas de pegar un grito y saltar como loca, pero logré controlarme bastante bien. Dejé la taza vacía en la lava trastes y salí corriendo a arreglarme. Me cambie de ropa como tres veces hasta quedar conforme conmigo misma, el peinado lo estuve probando como un millón y medio de veces al final lo dejé suelto, pero lo acomodé de tal manera que quedara coqueto. Al final traía puesta una blusa de un tono azul claro con un suéter y mis jeans favoritos.
Perdí la mayor parte de mi tiempo arreglándome para quedar igual que al principio solo que con otros colores; cuando me di cuenta ya era tiempo justo para irme a la escuela. Guardé mi celular en uno de los bolsillos del pantalón y tomé la libreta con la pluma. Bajé corriendo las escaleras y me despedí de cada uno de mis padres.
_ Suerte con el muchacho. _ rió mamá.
Papá la miró y después me miró a mí, le dirigí una sonrisa inocente antes de salir prácticamente huyendo de ahí. Conduje con calma por todo el tramo que tenía que atravesar para poder llegar al pueblo, el bosque estaba muy oscuro y el tan sólo pensar en lo frío que debía de ser, me daban escalofríos.
A los pocos minutos llegue a las primeras casas, la escuela estaba casi en el centro, así que todavía tenía un tramo que recorrer antes de llegar. Un autobús amarillo estaba esperándonos en el estacionamiento, junto a él ya había un grupo pequeño de chicos que hablaban mientras esperaban. Busqué mi lugar habitual cerca de la entrada principal y bajé todas mis cosas, me acerque hasta donde estaban todos.
_ ¡Hola! _ saludé con una sonrisa a todos, aunque no les callera bien a todos.
_ ¡Hey chica, ¿Qué onda?! _ Ben saludo bastante alegre.
_ Pensé que no vendrías. _ comentó Susi.
_ Si no vengo hoy, me reprueban en biología._ sonreí.
Seguimos hablando unos cuantos minutos más, el grupo creció, aunque yo al único que quería ver era a William. Pasaron varios minutos más y cada vez nos acercábamos más a la hora de partida, pero no había ni rastro de ellos.
Al poco rato el profesor ya nos estaba pidiendo los permisos y nos estaba acomodando.
_ Rose, ¿Dónde está tu compañero?_ preguntó el profesor mientras revisaba mi permiso.
_ Aquí. _dijo una voz a mi espalda.
Me di la media vuelta y lo encontré parado atrás de mí con los ojos clavados en el piso. Entregó el pequeño papel y subió al autobús. Su actitud era muy diferente a la de los días anteriores, ahora parecía más sumiso y algo nervioso.
Me dejó pasar al fondo del asiento, junto a la ventana, y después tomó asiento a mi lado, por un pequeño movimiento su mano rozó la mía.
_Perdón._ susurró apenado.
Esa actitud nueva me recordaba a aquella que había adoptado cuando nos conocimos, podía sentir la tensión en su cuerpo y a su alrededor. De la bolsa de su pantalón sacó un pequeño Ipod negro, le conectó los audífonos y comenzó a escuchar algo de música, miré el reflejo de la luz y pude ver a quienes escuchaba: Muse, mi banda favorita.
Cuando llegamos comenzaron a bajarnos, el profesor nos dio una hoja a cada quien con diferentes instrucciones, pero que eran las mismas para nuestro compañero, buscar los diferentes tipos de aves y plantas que encontráramos en el parque y durante el fin de semana ir a la playa para registrar todos los animales marinos que viéramos. ¡¿Qué?! A parte de estar todo el día con William tenía que pasar el fin de semana con él, eso si que era algo malo. M e sonrojé al ver su mirada intranquila en mi dirección, la sangre me subió al cerebro y la cara me ardía como un cerillo, eso era, tenía cabeza de cerillo.
_ Bien… ahora fórmense por parejas para poder registrarlos. _ dijo el profesor sacando unas cuantas hojas de una maleta.
Tuvimos que ponernos el uno junto al otro para que nos registraran y nos dieran otras instrucciones para en trabajo. Cuando por fin terminaron con el registro pudimos entrar al jardín. Desde que llegue a este lugar había tenido muchas ganas de conocer los famosos jardines botánicos de Tofino; tienen muchas especies endémicas y extranjeras que están en peligro de extinción.
Saqué la libreta y la pluma de una pequeña bolsa que llevaba y comencé a hacer una separación. Vi que él hizo lo mismo, solamente que su portada era mil veces mejor que la mía, ya que el dibujaba cosas hermosas. Me quedé mirándolo mientras dibujaba un águila calva en una de las esquinas de la hoja, se dio cuenta de que lo miraba atentamente y fugaz sonrió, se había sonrojado, pero no estaba muy segura de eso. Regresé la mirada a la libreta, no me atrevía a mirarlo directamente a los ojos.
_ Podría dibujar uno para ti si gustas. _ dijo sin despegar los ojos de la libreta.
Me quedé como atontada por su voz dulce y porque me había hablado sin que yo hubiese sido la que empezara la conversación. Me sonrojé.
Soltó una risilla discreta.
Eso me atontó más.
_ Bien… que te parece si empezamos a trabajar ahora. _ sonrió mirándome directamente a los ojos.
Asentí idiotizada.
Su mirada era tan penetrante que podía sentir que veía mi alma, mi interior, también eran tan hermosos que no podía dejar de verlos, sentía como si se volvieran una droga para mi, una droga tan necesaria que sin ella no me sentía bien. Se incorporó de la banca y me ofreció su mano como ayuda. Inconscientemente la tomé y de pronto sentí una descarga eléctrica recorrer todo mi cuerpo. Aunque me había hablado, no se detuve mucho tiempo mirándome a los ojos, más bien, lo ponía nervioso.
Su piel era suave y tersa como la seda, ahora tenía un color rosado, no tan rosado, pero no tan pálido como cuando lo conocí.
Caminamos por la primera sección del parque, a nuestro alrededor sólo había plantas y más plantas, parecía que estábamos en medio del bosque y así era, el parque estaba rodeado por un espeso bosque. Al principio sentí algo extraño de estar junto a él, pero después, su compañía me relajaba y disipaba el temor que tenía de estar en un lugar tan grande y solitario; no cruzábamos palabra, solo nos deteníamos para mirar de vez en cuando una que otra planta.
_ Creo que empezamos con el pie izquierdo._ al fin dije.
Me miró, pero de inmediato bajo la vista, desde ya hacía rato me había dado cuenta de que evadía mis ojos.
_ Sí, eso creo. _ respondió sin titubear._ Qué te parece si… ¿intentamos llevarnos bien?_
Eso era lo que yo había estado tratando de hacer desde que lo conocí, pero él se había negado. Pero ahora no podía rechazar esa invitación, porque me miraba directamente a los ojos, eso era lo que siempre me convencía de hacer lo que él quería, cuando me hundía en sus ojos de oro no podía evitar volverme su esclava.
_Si, sería buena idea. _ sonreí como idiota.
Dejó caer toda mascara y por fin pude verlo tal y como lo había visto aquella vez, a través de sus ojos. Sonrió de una forma que me quitó el aliento, sus ojos se iluminaron por el Sol y brillaron como diamantes, todo él brillaba como su fuese un ángel y esa fuese su aureola, su cabello despeinado y dorado no era de este mundo.
Comenzamos a tomar el proyecto como si fuese cualquier cosa y ahora ya empezábamos a llevarnos mejor.
_ La verdad no tengo ni idea de lo que hago. _ le confesé después de un rato.
Soltó una risilla.
_Pues las plantas que no tienen tantos pétalos como los tulipanes, que solo tienen tres, se llaman gamopétalas._ sonrió mientras sostenía con delicadeza un tulipán. _ El perfume del tulipán es muy hermoso. _
_ Creo que te entiendo mejor a ti que al profesor. _ reí.
Se incorporo y con un movimiento suave tomó mi mano, me haló hasta otro sendero donde había un jardín de rosas, pequeñas, altas, rosas, rojas, amarillas y blancas; pardas y de tamaño medio. Nos rodeaban por todos lados, y el aroma de ese lugar era como si estuvieras metido en un frasco con perfume de rosas.
_ Quería… mostrarte esto. _ sonrió clavando la mirada en el piso.
_ Es hermoso, me encantan las rosas en especial las blancas. _ le sonreí de igual manera.
Subió la mirada hasta mi rostro y ahí la detuvo, él era bastante alto, así que yo tenía que mirar un poco hacia arriba. Sus ojos se encendieron como linternas y su sonrisa se volvió de miel, dulce.
_Tengo que confesar que no me caes mal. _ solté la verdad.
_ Nunca me ha disgustado tu presencia. _
Me quede mirando sus ojos dorados, estaba diciendo la verdad, lo sabia, cuando miraba sus ojos podía ver qué era lo que realmente pensaba, bueno o una parte. Esta vez podía saber que era verdad, sentí un extraño alivio cuando dijo eso.
_ ¿Te gustaría tomar una café? _preguntó algo inseguro.
_ Claro. _ sonreí.
Al parecer mi respuesta lo puso bastante feliz, porque su semblante cambio, por completo. Atravesamos la mitad del jardín para llegar a la cafetería y al parecer no éramos los únicos que teníamos pensado tomar un café: Cassie y Malcolm también hacían fila para pedir, algunos otros chicos y el maestro estaban ahí. Cassie nos vio entrar y por poco y suelta un grito, pude verlo en sus ojos. Will se acercó a la barra y pidió dos capuchinos, mientras tanto yo busque una mesa afuera. Cassie me siguió con un brillo travieso en los ojos.
_ Te fascina ¿no? _ me sonrió traviesa mientras se sentaba en la pequeña mesa.
_ Claro que no, solo queremos llevarnos bien. _ intenté evadir su mirada.
_ Mmmm… no te creo, pero… tu solita te mientes. _
_ Cas, tengo que admitir que es guapo y caballeroso, pero no me gusta. _
_ Claro…. Claro, lo que tú digas. _
En ese mismo momento llegó Will a salvarme de mi amiga, traía dos vasos grandes en las manos y un par de bolsitas de azúcar en cada vaso. Se quedó congelado enfrente de Cassie.
_Creo que hago un mal trío, nos vemos Rose. _ se despidió y salió casi corriendo.
Will no le quitó la mirada de encima hasta que se perdió entre la multitud. Con la vista perdida entre los pinos del bosque puso los vasos sobre la mesa, no sabía que tanto miraba.
_ Qué te parece si mejor buscamos una mesa adentro. _
_ Ok, si no te sientes cómodo aquí podemos buscar una adentro._
Me miró algo indeciso, pero al final aceptó, tomó ambos vasos y caminó detrás de mí, me dejo escoger la mesa y después se sentó frente a mí.
Recargó los brazos en la mesa y fue ahí donde me di cuenta que tenía una cicatriz que llegaba muy por arriba del codo, casi no se notaba porque ya tenía el mismo tono que el resto de la piel, pero aun así a contra luz se lograba ver los pequeños bultitos, eran dos rayas paralelas y muy separadas. Tomó su café y le dio un sorbo, cuando se percato que miraba curiosa sus cicatrices las cubrió con la manga y cruzo los brazos sobre la mesa.
_ ¿Qué son esas cicatrices? _ le pregunté sin mirarlo a los ojos.
_ Son el resultado de un accidente, pero ya tienen muchos años. _
_ Parece como si apenas te las hubieras hecho unos cuantos años antes. _
Subí la mirada y vi sus ojos, me estaba mintiendo, eso era seguro.
_ Esa no es la verdad ¿o sí? _
_ Sí, esa es la verdad, es solo que no sé muy bien como ocurrió. En ese accidente yo era muy pequeño y fue ahí donde murió mi hermano mayor._ dijo con hilo de voz.
Subí la mirada ahora para ver su reacción, estaba tranquilo mientras me clavaba la mirada en el cerebro. Esos ojos eran muy diferentes a todos los que había visto en mi vida, nunca antes había visto unos con ese tono, pareciera como si no fueran reales, como si fueran lentes de contacto.
_ Lo lamento. _ dije realmente apenada por mi comentario.
_ No, no es nada, la verdad ni me llevaba bien con él, casi no estaba en casa y no lo conocí muy bien. Solo recuerdo que era muy problemático. _ dijo encogiéndose de hombros.
Sentí una opresión en el pecho y aunque lo ocultaba muy bien sabia que me estaba mintiendo en algo, pero si no me quería decir era por algo, así que decidí no meterme en su vida.
Le di un sorbo pequeño a mi café y me dedique a mira por la ventana un pequeño kiosco. Ahí una pareja tomaba un desayuno muy felices, aquí adentro solo estábamos un par de chico tomando un café sólo como amigos. Sentí algo extraño, giré la cabeza y me percaté de su mirada inocente pero cautivadora, sonreía de tal forma que sólo dejaba ver un poco de sus a perlados dientes, me sentí más afortunada que la chica del kiosco, para mí él era perfecto a su manera extraña y misteriosa. Cassie tenía razón, él me encantaba, no sólo por su apariencia, sino que también por su forma de ser.
_ ¿Y tú, de dónde vienes? _ por fin preguntó.
_ De california, he vivido allá los últimos once años._ respondí haciendo cuentas mentales.
_ Pero… tienes diecisiete ¿no? _ sonrió.
_ Sí, pero viví seis años en México, con la familia de mi padre. _
_ Vaya, eres… mexicana, canadiense y estadounidense, eres la primera persona con tres nacionalidades que conozco._ dijo sorprendido.
_ Y tú, ¿de dónde vienes? _ le pregunte por pura curiosidad.
Se quedó pensativo un momento y me miró con una sonrisa diferente, algo picara y misteriosa.
_ De muchos lugares._
No entendí muy bien porque decía eso, pero al parecer lo estaba diciendo en un tono serio con cara de burla.
_ ¿Cómo? _ sonreí.
Sólo soltó una risa entre dientes y me miró con esa misma cara de burla.
_ Yo… no sé porque lo dije. _ se estaba riendo de sí mismo, pero esa risa denotaba nerviosismo.
_ Anda… dime. _ le sonreí para darle confianza.
_ No, no tiene importancia._ comenzó a hacer círculos en la mesa.
Me quedé mirándolo, estaba totalmente segura de que me ocultaba algo, pero aún no me sentía en suficiente confianza como para preguntar.
Nos acabamos el café y de nuevo tomamos nuestras cosas y nos fuimos. Algunas personas a la salida nos miraban como si estuviéramos locos o enfermos. Seguimos en silencio el resto del recorrido. La hora de regresar casi llegaba y no había acabado de clasificar las plantas que me tocaban.
_ Puedo ayudarte si quieres. _se ofreció con una sonrisa cordial.
_ Si por favor, aun no sé ni lo que estoy haciendo._
Puso la libreta él sus piernas y ahí comenzó a escribir algunas cosas con su letra menuda y manuscrita.
_ Diremos que hicimos el trabajo juntos y así será más creíble._ dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Solté una risa ahora más confiada.
Ya habíamos acabado la mayor parte del trabajo y nos sobraba más o menos media hora antes de que el bus partiera, así que volvimos al jardín de rosas. De entre sus cosas sacó una libreta de dibujo y un lápiz.
_ Si no es mucha molestia…_ comenzó algo tímido._ ¿Podría dibujarte? _
La petición me tomó por sorpresa, ¡Él quería dibujarme en su cuaderno! Me sonrojé y bajé la mirada.
_ Sí, claro. _ la risita tonta de nervios quería escapar.
Sentí su mano friolenta tomar mi barbilla y subir mi rostro de tal forma que pudiera verlo directamente a los ojos; el brillo de sus ojos era como el del sueño con aquel que me daba tanto miedo, sólo que este brillo era diferente, esta chispa no era malvada, sino cariñosa.
_ Toma asiento. _ me señaló la banquita que estaba justamente al frente de un matorral de rosas.
Acomodó mi rostro y con mucho cuidado cortó una de las rosas más escondidas que había, pero era la más hermosa rosa parda que había visto.
_ Sostenla y huele su aroma. Que tu pose sea normal. _ sonrió emocionado.
Antes la miré y después la olí, ladee la cabeza para que quedara más natural, se sentó frente a mí con su cuaderno y pronto comenzó a dibujar. Me miraba constantemente y siempre sonreía eso me hacia sonrojarme, pero según él decía que estaba perfecta con las mejillas rosadas.
El maestro comenzó a buscar a todos en el parque para nos fuéramos donde estaba el bus, encontró a Will en pleno dibujo y nada mas lo miró, pero no le dijo nada.
_ Es hora de irnos. _ le comente cuando el maestro se alejó.
_ Estoy en los detalles. _ dijo un poco apresurado.
Me quedé quieta un minuto más y justo cuando comenzaban a entumírseme las piernas, acabó.
_ ¿Puedo verlo? _ pedí intentando mirar por encima de su hombro.
_ En el bus Rose, en el bus. _ reía mientras me veía desesperada por mirar.
_Está bien. _ sonreí mientras lo tomaba de la mano.
Nos quedamos paralizados, ninguno de los dos esperaba esta reacción de mi parte, ni siquiera yo. Nos miramos a los ojos y ambos sonreímos, yo me sonroje y estaba segura de haber visto un poco de color en sus pálidas mejillas. Apretó sus dedos contra los míos y soltó una risita tímida. Su tacto me quemaba, pero sabía que su piel era fría, pero eso era lo que yo sentía cuando el tocaba alguna parte de mi piel, además sentía mariposas en el estómago.
_ Nos dejará el bus. _ comentó.
Salí de trance.
_ ¡Pues corre! _ lo jalé de la mano para que corriera tras de mí.
Ambos corrimos sin rumbo por todo el parque y al poco rato regresamos al jardín de rosas, eso significaba que me había perdido.
_ No te preocupes, yo sé donde está la salida. _ puso los ojos en blanco mientras sonreía al ver mi expresión confundida.
Volvió a tomar mi mano y con mucha delicadeza me haló hacia el lado contrario para el que había corrido. Por eso nos habíamos perdido, había corrido hacia el otro lado. No me había dado cuenta que aún traía la rosa en la mano hasta que me espiné con ella. Miré La herida y de ella salió una sola y pequeña gota de sangre, el aroma a oxido y sal me llegaba hasta la nariz y para mí era desagradable.
_ ¿Qué sucede? _ preguntó deteniéndose para mirar.
_ Me espiné, pero no es nada grave._ respondí limpiando la gotita.
Se quedó en silencio, parecía petrificado, mire su rostro y ahora pude ver lo que en realidad pasaba con sus ojos, su pupila se estrechó como la de una gato y a su alrededor se comenzaba a teñir pequeñas línea negras. En cuestión de segundos la mayor parte de su ojo se había ennegrecido como el carbón. De pronto la luz del Sol dio directamente a sus ojos y éstos chispearon como rubíes, el brillo ya no era el típico dorado, ahora era del color de la sangre. Eso no era normal y la verdad era impresionante.
_ Wow._ dije casi susurrando.
Pareciese que lo saqué un trance, porque al momento en el que hablé parpadeo y sus ojos comenzaron a aclararse hasta llegar a su color natural. Eso era aun más extraño. De su mochila sacó unos lentes oscuros y se los puso creyendo que así podría ocultar lo que pasó. Respiró hondo y después seguimos nuestro camino en silencio.
Cuando llegamos la mayor parte del grupo ya estaba dentro del bus, pasamos junto al profesor para que viera que ya estábamos ahí y luego subimos al bus. Obviamente todos se quedaron en silencio al ver que entrabamos juntos. Pude reconocer a Cassie al fondo mientras nos miraba con sus enormes ojos verdes. Nos sentamos juntos sin hacer ruido. Comenzó a llover, yo iba del lado de la ventana así que me dedique a ver por el cristal hasta que el bus estuvo lleno y comenzaba a moverse.
No cruzamos palabra hasta que estuvimos en el colegio, bueno, hasta que estuvimos llegando al colegio.
_ Dijiste que me dejarías ver el dibujo en el bus. _ comenté intentando romper el silencio.
Giró lentamente su cabeza y me miró a los ojos aun con los lentes puestos, su expresión se suavizó y sonrió. De su mochila sacó el bloc y me lo pasó. En la primera página había un trazo de un árbol muerto y partido por un rayo, pasé unas cuantas hojas más y como a la mitad encontré a un lobo dibujado con tanto detalle que parecía una fotografía, era de un color plateado y su pelaje destellaba con la luz de la Luna. Era uno de los dibujos más hermosos que había visto, parecía hecho por un profesional como Da Vinci. Pasé a la última hoja y sólo encontré un grupo de personas sonriendo pero con una peculiaridad, todos tenían los colmillos bastante más grandes de lo normal.
_ Está un poco más atrás. _ dijo tomando un bonche de hojas y pasándolas para atrás.
Ahí estaba el dibujo a lápiz, vaya que era buen dibujante, cada uno de mis cabellos estaba ahí, cada una de las rayitas de mi iris estaban ahí, era totalmente perfecto, cada detalle, cada brillo, todo estaba ahí. Me quedé impresionada por la perfección de sus trazos, tanto que no percate su presencia tan cerca de mí hasta que sentí su respiración en mi oreja, su aliento dulce me cortó los pensamientos y me dejó en shock completamente. Giré la cabeza y encontré su rostro tan cerca del mío q podía sentir el calor sutil que liberaba su rostro. Estábamos tan cerca como aquella vez en el hospital, sólo que ahora teníamos a más de un par de ojos vigilando cada uno de nuestros movimientos. Sonreí cuando sentí que la sangre me subía hasta el cerebro y ahí se agolpaba, él también sonrió. Aclaró la garganta y se alejó un poco, pero claramente sentí porque lo hacía, John, Carol, Cassie y Ben nos miraban fijamente desde su lugar, eso me puso aun más nerviosa.
Miré fijamente a Cassie mientras me sonreía pícaramente y con la cabeza señalaba a Will. Entorné los ojos y le mostré la lengua. Soltó una risita divertida ante mi reacción. Volví a girar el cuerpo al frente para dejar de ver directamente a Cassie. Preferí ver el brillo que rodeaba a Will a la luz del día, era tan… tan misterioso que no podía evitar verlo o pensar en él. Aunque no quisiera aceptarlo, de verdad me gustaba, y mucho.
El bus por fin se detuvo comenzamos a levantarnos, Will extendió su mano para ayudarme a levantar y con una sonrisa torpe acepté, me ayudó con mi mochila. Caminamos hasta unos cuantos metros cerca de mi auto, Carol se acercó a nosotros, con el rostro ausente.
_Rose… ¿Dónde está tu auto?_
_ Cerca de la entrada principal, ¿porqué? _pregunté instintivamente al ver sus ojos preocupados.
Mi teléfono vibró en el bolsillo del pantalón, era papá. Me disculpé y contesté, Me pidió que fuera inmediatamente al hospital por que necesitaba hablar conmigo o algo así, el punto era que quería que fuera al hospital porque me necesitaba para algo.
_ Lo siento, tengo que irme, papá me necesita en el hospital y parece que es urgente. _
Miré a Carol y Will, ambos tenían la mirada perdida en algún lugar del Universo. Tomé mis cosas y caminé en silencio hacia mi auto, antes de subir les dirigí una mirada, la expresión de ambos cambió mucho, Will y Carol ahora estaban muy serios.
_ Vaya que son raros. _ dije para mí misma.
Abrí la puerta del piloto y aventé mis cosas al otro asiento, solté un suspiro cuando todo se desparramó. Me senté y comencé a recoger, aun con la puerta abierta. Podía escuchar la conversación de un grupo de chicos que estaban a mi espalda recargados en el auto de alado.
Escuché un chirrido que me taladró los oídos. Automáticamente levanté la vista. Me quedé petrificada al ver una camioneta fuera de control acercarse a gran velocidad.






Insignia identificativa de Facebook